¿Cuál es nuestro aporte a la Gran Obra Universal?

¿Cuál es nuestro aporte a la Gran Obra Universal?

Una pregunta que todo masón debería hacerse en cada momento y cuya respuesta y actitud incidiría directamente en nuestro entorno inmediato y nacional.

La masonería nos enseña a buscar por medio del perfeccionamiento individual; el bienestar de nuestra familia y de la sociedad.

Ese aporte del masón en primera instancia, como obrero de la cantera, piedra bruta llena de imperfecciones que debe pulir poco a poco, midiendo la fuerza, detallando cada esquina, usando las herramientas que según su grado le sean dadas.

Ese construir poco a poco y contantemente la piedra cúbica, primer peldaño de nuestra obra personal. Mejorándonos cada instante, podremos incidir en nuestro entorno y en nuestra sociedad.

Ese conocimiento no debe quedar solamente en las Cámaras de Instrucción o en nuestra pláticas con nuestros hermanos en pasos perdidos, sino aplicarlos en nuestra vida cotidiana. Procurando en todo momento, concretar lo que será la “Pequeña Obra”, la que realizamos diariamente en nosotros al pulir constantemente nuestra personalidad.

Debemos erigir desde el momento de nuestra iniciación templos a la virtud y a la fraternidad.

El ser constructor implica edificar desde la nada, desde la idea, desde el trazado inicial. Paso a paso desde los cimientos, el levantamiento de las columnas y paredes, hasta la conclusión de la obra. Una obra que en el caso personal es infinita y procura emular el orden universal colmo de belleza por doquier.

Es menester del masón, junto a sus HH:. emular al Gran Arquitecto del Universo en la construcción de un mundo ideal que logre eliminar de la tierra la intolerancia y el fanatismo, males que separan a los pueblos de la humanidad.

Un H:.M:. y sus HH:.MM:. deben aplicar en cada momento los conocimientos adquiridos durante su instrucción y su formación masónica.

Debemos ser luz no solo para nuestros HH:. menores sino para la sociedad. Ser ejemplo de probidad, tolerancia, amor fraternal, promoción de la justicia, sabiduría: ser ejemplo entre nuestros semejantes; entre iguales.

El verdadero culto que se da al Gran Arquitecto del Universo consiste principalmente en las buenas obras” *C.M.M.

Es por tal razón, que considero que todo ser humano y con mucho más razón un masón debe convertirse en piedra angular de la sociedad, promotor de soluciones en un mundo convulso donde la oscuridad y el individualismo reina.

Debemos convertirnos en gestores de acciones positivas tanto en la vida profana como en nuestros templos.

Primero trabajamos en nosotros para luego trabajar por los demás”

Cada piedra cúbica, cada golpe de cincel, cada columna social que levantemos busca en todo momento el mejoramiento del colectivo armonizando la voluntad creadora y perfecta del todo con el uno.

Esa sumatoria de aportes, de luchas o faenas agotadoras deben gestar el bienestar general, lo que hará posible los avances que requiere la humanidad.

Sigue la senda del honor y de la justicia” C.M.M.

Es urgente que el trabajo de gran infinidad de masones en el mundo entero, en silencio pero con firmeza, sea visible. Es urgente, que cada H:. se sume a las labores y desde sus quehaceres profanos aporte a la transmutación de nuestro país y el mundo entero.

Hagámoslo posible y levantemos poco a poco el templo que la humanidad requiere.

Ese templo donde todos los seres humanos vivamos en armonía, libertad, igualdad y fraternidad. Donde la justicia prive y la luz reine.

El día en que estas máximas se generalicen, la especie humana será feliz y la Francmasonería habrá terminado su tarea y cantado su triunfo regenerador” C.M.M.

Demostremos amor a nuestros HH:. Pero de la mano de esas muestras de amor fraternal procuremos edificar con nuestros actos un mejor barrio, un mejor país, una mejor sociedad. Amor a la humanidad y a la Gran Obra Universal.

*C.M.M: Código Moral Masónico

Leonardo Jiménez Campos