1884-1899
19 septiembre, 20241950 – 2015
19 septiembre, 2024
Continuación del conflicto entre el clero y la masonería, construcción del Templo Masónico de San José y consolidación de la Masonería costarricense (1936-1951)
En 1936, año de la campaña electoral en el que resulta electo el Lic. León Cortés, miembro de las logias masónicas, se da un avivamiento de los ataques del clero hacia la masonería. Para la Iglesia Católica del país, la masonería había representado el enemigo a vencer durante mucho tiempo. Sin embargo, para esta época entra en el escenario de las luchas por la hegemonía nacional una nueva amenaza para esta institución: el comunismo. Según explica el historiador David Díaz (2015.57), en 1935 la Iglesia Católica aprovechó la celebración de los trescientos años del “hallazgo” de la imagen de la Virgen de los Ángeles para organizar una marcha para rechazar el comunismo soviético y promover rezos masivos a la Virgen para proteger a Costa Rica de la lucha de clases. Sería razonable presumir que esta marcha representaba una especie de demostración del poder y la influencia de la Iglesia en la nación; y el mensaje bien podía ir dirigido a todos aquellos grupos adversos a la misma, entre ellos la Masonería.
Como bien lo señala José Daniel Gil (2004): La Iglesia costarricense, luego de dictadas las leyes liberales, debido a que vio amenazada su hegemonía con respecto a sus feligreses, buscó con más ahínco consolidar la citada devoción, para así no ver menoscabada su posición de privilegio dentro de la sociedad.
Aunque la fecha de la aparición de la imagen de la Virgen nunca estuvo clara, ni siquiera para las mismas autoridades eclesiásticas (Gil Zúñiga. 2004, 45-51), la fecha que más se aceptó fue la de 1635. Por lo tanto, un año antes de la campaña de León Cortés (1935) se celebra el tercer centenario de su aparición, lo que fue utilizado hábilmente por la Iglesia Católica para renovar la fe de sus feligreses al fortalecer el culto a la misma (Gil Zúñiga. 2004, 52-54) y a la vez, tratar de restar poder a sus nuevos enemigos: la masonería y el comunismo. Según nos relata Rafael Obregón (1950.66), durante esta campaña (1936) se hicieron afirmaciones sin fundamento, tales como la de que el comunismo y la masonería eran la misma cosa y que el triunfo de Cortés significaría el establecimiento inmediato de una tiranía funesta por estar apoyada por la secta secreta de la masonería. Como había algunos sacerdotes que apoyaban la candidatura de Cortés, se hizo la siguiente afirmación:
Se pretende justificar la candidatura de un francmasón afirmando que la mayor parte de los sacerdotes pertenecen a ese partido. Recuerde el pueblo costarricense que detrás de la Cruz está el Diablo…los sacerdotes o han sido engañados o se han dejado engañar… el triunfo de León Cortés es el triunfo de la masonería en Costa Rica. (Obregón, 1950, p.166) A pesar de los constantes ataques en su contra, la Masonería se fortalece y para el año de 1937, el nuevo Gran Maestro de la Gran Logia de Costa Rica, don Stanley Lindo, inicia conversaciones con la compañía constructora Eric C. Murray para llevar a cabo el ansiado proyecto de la construcción del Templo Masónico.