Comunicado del Gran Maestro
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27 octubre, 2024
En el mar de mi interior hay una barca flotando. Está vacía, pero tiene a sus lados dos remos asidos. Podemos alcanzarla tan sólo nadando, pero es preciso que te apresures aprovechando la creciente, que no le permite encallar.
El mal tiempo amaina, la lluvia ha cesado y el sol esplendoroso se levantó temprano. Es hora de alcanzar mi barca vacía, para que navegues en mi sereno océano. ¡No temas Ángel mío! y rema con calma. Un remo en cada mano y la mirada al frente. Verás en lontananza el brillo de mi alma, que te servirá de guía, cual estrella de Oriente.
No temas a la noche tapizada de estrellas, tampoco al oleaje que se encrespa celoso. Tu rumbo es seguro y te alumbran centellas, que descienden del cielo que se vuelve curioso. Curioso del viajero con alma de poeta, que rema con esmero y deseoso de llegar, que no teme siquiera que pueda perecer, porque bien vale la pena correr el riesgo cuando se sabe amar.
No permitamos que nuestras penas vayan a nuestro mar interior. Por el contrario, obviemos a toda costa todo aquello que nos conduzca al mal, sabiendo plenamente que éste es lo contrario del bien. Con el mal las olas de nuestra conciencia de amar se alejarían y nuestra barca encallaría. Esperemos buenos tiempos llenos de esperanza.
Se “tu rumbo es seguro y te alumbran centellas, que descienden del cielo que se vuelve curioso...” Dejemos que la tempestad del desamor mengue y desaparezca, para volver a remar felices en nuestro mar interior del amor, que todo lo puede y que nos permitirá llegar por fin, a nuestra felicidad que tanto añorábamos.
Publicado en la Revista Cultural “Desde Adentro” en mi espacio “Ajedrez de Temas”
Autor: R∴H∴ Rafael Manzanares