Constructores de una mejor sociedad
15 septiembre, 2024
Los valores intrínsecos y extrínsecos durante la pandemia
Los intrínsecos son infinitos, inmateriales y no son adquiribles; son inherentes a la persona. En otras palabras, son valores propios de la esencia de las cosas y del ser. Es propiedad que no se puede detectar o cuantificar en la ciencia, ni medir con instrumentos científicos. Es aquello que nos otorga valor como seres humanos, no lo que podamos comprar o desear, sino los aspectos de la condición humana, que nos definen como individuos con dignidad, bondadosos de verdad y con honor real.
El amor tiene un valor intrínseco: carece de metas y de sentido lógico. No tiene ningún fin, pero tiene un significado inmenso; contiene en sí mismo una alegría infinita, un éxtasis especial. Pero esos no son valores lógicos. El amor no es un negocio en el que hay objetivos, metas que alcanzar. El que ama, ama todo y a todos, sin esperar nada a cambio.
Los extrínsecos son finitos, materiales y son adquiribles; tales como el dinero, la fama, el poder, la belleza material…
¿Cuáles valores se han perdido más durante la pandemia que vivimos? Obviamente los extrínsecos, que son de vital importancia para la sociedad, sobre todo para el medio millón de ciudadanos que se han quedado sin empleo, sin posibilidades de obtener lo necesario para su supervivencia física.
¿Podemos pensar en un mundo en que desaparecieran la justicia, la amistad, la paz, o el amor, o la salud, o la vida? Pues bien, si todos estos valores nos parecen imprescindibles en un mundo de seres humanos bien ordenado, por más que no existan completamente realizados, estos valores son los que dan sentido a nuestras vidas y los que definen nuestras obligaciones morales, sobre todo en las pandemias que se dan cada siglo en el mundo, para obligarnos a reubicarnos como lo que somos, hijos de Dios.
Nuestro deber en la vida no es otro que realizar valores, realizar la verdad, la justicia, la paz, la fraternidad, el amor, la amistad; en el caso de los médicos la salud, la vida, el bienestar.
Quien no sepa deliberar sobre los valores intrínsecos e incluirlos correcta o prudentemente en sus decisiones, no será nunca un buen profesional, por mucha técnica que sepa, mucho dinero que gane o mucho éxito que tenga; tampoco un verdadero ser humano, digno ante los ojos del Creador.
Autor: Rafael Manzanares Benavides.