El ser constructor implica edificar desde la nada, desde la idea, desde el trazado inicial. Paso a paso desde los cimientos, el levantamiento de las columnas y paredes, hasta la conclusión de la obra. Una obra que en el caso personal es infinita y procura emular el orden universal colmo de belleza por doquier.
Es menester del masón, junto a sus HH:. emular al Gran Arquitecto del Universo en la construcción de un mundo ideal que logre eliminar de la tierra la intolerancia y el fanatismo, males que separan a los pueblos de la humanidad.
Un H:.M:. y sus HH:.MM:. deben aplicar en cada momento los conocimientos adquiridos durante su instrucción y su formación masónica.
Un H:.M:. y sus HH:.MM:. deben aplicar en cada momento los conocimientos adquiridos durante su instrucción y su formación masónica.
Debemos ser luz no solo para nuestros HH:. menores sino para la sociedad. Ser ejemplo de probidad, tolerancia, amor fraternal, promoción de la justicia, sabiduría: ser ejemplo entre nuestros semejantes; entre iguales.
“El verdadero culto que se da al Gran Arquitecto del Universo consiste principalmente en las buenas obras” *C.M.M.
Es por tal razón, que considero que todo ser humano y con mucho más razón un masón debe convertirse en piedra angular de la sociedad, promotor de soluciones en un mundo convulso donde la oscuridad y el individualismo reina.
Debemos convertirnos en gestores de acciones positivas tanto en la vida profana como en nuestros templos.
“Primero trabajamos en nosotros para luego trabajar por los demás”
Cada piedra cúbica, cada golpe de cincel, cada columna social que levantemos busca en todo momento el mejoramiento del colectivo armonizando la voluntad creadora y perfecta del todo con el uno.
Esa sumatoria de aportes, de luchas o faenas agotadoras deben gestar el bienestar general, lo que hará posible los avances que requiere la humanidad.
“Sigue la senda del honor y de la justicia” C.M.M.
Es urgente que el trabajo de gran infinidad de masones en el mundo entero, en silencio pero con firmeza, sea visible. Es urgente, que cada H:. se sume a las labores y desde sus quehaceres profanos aporte a la transmutación de nuestro país y el mundo entero.
Hagámoslo posible y levantemos poco a poco el templo que la humanidad requiere.
Ese templo donde todos los seres humanos vivamos en armonía, libertad, igualdad y fraternidad. Donde la justicia prive y la luz reine.
“El día en que estas máximas se generalicen, la especie humana será feliz y la Francmasonería habrá terminado su tarea y cantado su triunfo regenerador” C.M.M.
Demostremos amor a nuestros HH:. Pero de la mano de esas muestras de amor fraternal procuremos edificar con nuestros actos un mejor barrio, un mejor país, una mejor sociedad. Amor a la humanidad y a la Gran Obra Universal.
*C.M.M: Código Moral Masónico
Autor: Leonardo Jiménez Campos